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El océano al final del camino, de Neil Gaiman
Mi mujer se marchó a Australia a grabar un disco. Ella estaba contenta y emocionada con su trabajo y yo la echaba terriblemente de menos. La echaba tanto de menos que pensé en hacerle un regalo especial, decidí regalarle mi infancia. No podía llevarla a aquellos lugares en los que había sido niño pero sí podía contarle una historia. Escribí y escribí y escribí. Días y días hasta que me di cuenta de que tenía una novela. Una novela para Amanda pero también para todo el mundo.
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Más o menos con estas palabras presentaba Neil Gaiman su novela, el pasado mes de mayo, en Madrid.
El océano al final del camino es un cuento. Una historia con buenos y malos, con hadas y brujas, con lugares misteriosos e inexplicables, con habitaciones que dan miedo y otros sitios que son mágicos y seguros. Con niños, con padres y madres. Con comidas favoritas. Una historia con la que se pasa miedo y susto y con rincones que te acogen con una luz cálida y confortable.
Pocas cosas hay más íntimas que contarle un cuento, una historia a alguien a quien quieres: tus hijos, tu pareja. Una historia que puedes estar inventándote pero que en el fondo tiene mucho de ti, es tu reflejo, tu eco. Eres tú. Puedes disfrazarla, adornarla, esconderla, añadir monstruos o quién sabe si disfrazar alguno que en realidad sí existió y crear sitios mágicos donde no has estado pero te gustaría ir.
¿Quién no quiere susurrarle una historia así a alguien querido? ¿Quién no desea que alguien que le quiere le susurre un cuento?
Así es la historia que Neil Gaiman ideó para su mujer, Amanda. Es un cuento sobre un hombre que al volver a la que fue su casa tras muchos años, se sienta a recordar su infancia, sus siete años. Imagina o quizás recuerda una especie de aventura con un personaje malvado que llega a su vida y él es el único capaz de ver el peligro. Una cotidianidad confortable y segura que se llena de elementos fantásticos que la transforman y la hacen terrorífica. ¿Acaso hay algo que dé más miedo que no reconocer las cosas que más queremos, a las personas que nos son más queridas?
Neil Gaiman escribe con un estilo sencillo y sin muchas pretensiones. El océano al final del camino no es una gran novela ni una historia que vaya a cambiarte la vida. Se lee con agrado, con inquietud a ratos y proporciona un buen motivo para recordar nuestra infancia y en pensar en nosotros mismos como niños.
“Te voy a decir algo muy importante: por dentro, los adultos tampoco parecen adultos. Por fuera son grandes y desconsiderados y siempre parece que saben lo que hacen. Por dentro, siguen siendo exactamente igual que han sido siempre. Como cuando tenían tu edad. La verdad es que los adultos no existen. Ni uno solo, en todo el mundo.”
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¿Quién no se ha sentido así alguna vez?
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El corredor del laberinto, de James Dashner
El corredor del laberinto es en estos momentos la novela distópica de moda. Con el reciente estreno de su adaptación cinematográfica, y el gran éxito que ha obtenido, ya todo el mundo ha oído hablar de este libro.
Fue escrito por James Dashner, y es la primera parte de una trilogía, compuesta por El corredor del laberinto, Las pruebas y La cura mortal. Cuenta también con una precuela, The kill order.
El corredor del laberinto nos cuenta la historia de Thomas, un chico que despierta totalmente amnésico en un misterioso ascensor que le conduce al Claro, una gran explanada limitada por un inmenso muro, que lo separa del gran laberinto. Allí dentro viven los clarianos, un grupo de chicos adolescentes que, como Thomas, tampoco recuerdan nada de su vida antes de entrar en el laberinto. Un grupo de ellos, los corredores, se encargan cada día de intentar encontrar la salida, recorriendo las diferentes calles y secciones del laberinto. Pero hay una norma: las puertas se cierran por la noche, los muros cambian de posición, y entonces salen los laceradores, unos monstruos mitad babosa gigante mitad robot, ante los que los chicos no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir.
Cada mes llega un nuevo chico al laberinto. Sin embargo, al día siguiente de la llegada de Thomas, aparece, por primera vez, una chica, con un mensaje claro: "Todo va a cambiar". Además, la acompaña una nota que dice que ya no va a llegar nadie más. Efectivamente, con su llegada todas las normas empezarán a cambiar.
El argumento me resultó muy original desde el principio, sino que ofrece una historia diferente, al menos aparentemente, al resto de trilogías distópicas tan conocidas últimamente.
Por desgracia, lo que prometía ser una novela claustrofóbica y de ritmo trepidante, resultó ser un libro muy lento y aburrido, con algún intento de giro de la trama mal resuelto, y escrito con poca habilidad. Los personajes tampoco destacan en ningún momento, y parece que prácticamente todos tienen la misma personalidad sin evoluciones. Además, el final resulta bastante ridículo y poco creíble. Todo queda en una interesante idea y en muchas expectativas, pero en un resultado bastante pobre.
Como puntos positivos, podría destacar que se lee bastante rápido, a pesar de que es bastante larga, que tiene algún momento divertido, e incluso algún momento que crea algo de intriga, y sobre todo el hecho de que en un principio no sepamos absolutamente nada de lo que está pasando, al igual que el protagonista, y vamos descubriéndolo todo a la vez que él. Esta incertidumbre sí que está más o menos bien tratada, y resulta bastante atrayente, al contrario que el resto del desarrollo de la historia.
En definitiva, un libro con una buena idea, pero bastante mal llevada a cabo, que, aún sin haber visto la película basada en él, creo que tendrá mejor resultado en su adaptación cinematográfica que en su versión original en libro.
El peligro de llamarse Nerea, de Elisa Cotarelo
Cuando comencé la novela, creí que tenía entre manos una novela juvenil que poco podría sorprenderme. Nada más lejos de la realidad. El peligro de llamarse Nerea, no es una historia juvenil al uso, sino que entraña algo más, ya que progresivamente se convierte en una novela policíaca que consigue calar hondo y no ser sólo una historia para pasar el rato.
Nerea es una adolescente cuya vida dista mucho de ser perfecta. Los complejos y las inseguridades debidos a su aspecto físico y a la relación que tiene con sus padres, la hacen una chica introvertida con escasa vida social. De hecho, sólo cuenta con una amiga. Y será Internet el refugio de esta muchacha, concretamente una famosa red social donde “conocerá” a un chico que la comprende y la valora. A pesar de que Nerea sabe que no debe fiarse de nadie y que las apariencias engañan, deja que un desconocido entre en su vida, confía en él y le abre las puertas de su corazón. En el momento en el que deja entrar a Román en su vida, Nerea comienza a sentirse feliz, aunque no dice nada en su casa por miedo a la reacción de sus padres y tampoco es capaz de contárselo todo a su amiga, ya que ella le advierte de los peligros de las redes sociales y Nerea lo confunde con celos. Todo parecía ir bien, hasta que un viernes por la tarde Nerea no regresa a casa… De hecho, este es el verdadero inicio de la novela, el momento en el que el padre de Nerea, Fran, se da cuenta de la desaparición de su hija. Los capítulos se irán sucediendo mostrando acontecimientos pasados que nos ayudarán a entender qué ha ocurrido, para llegar finalmente a un desenlace sorprendente e inquietante.
Está escrita de un modo muy sencillo, lo que facilita su lectura y la hace más cercana. De hecho, los personajes son de lo más realistas, ya que son un claro ejemplo de la sociedad actual: unos padres muy atareados con sus respectivos trabajos que hacen que dediquen poco tiempo a su hija; una adolescente que vive acomplejada y deseosa de ser aceptada…
Otro de los puntos fuertes de la novela, es la parte policíaca. Y es que Elisa conoce bien los entresijos de una investigación policial, ya que durante 23 años ha trabajado en el Cuerpo Nacional de Policía. De la mano del Inspector Núñez, conoceremos a fondo cómo funciona el sistema, la problemática de la protección de datos, el tiempo que se tarda en obtener resultados de un laboratorio… y es que las cosas no son tan sencillas como las pintan en las series de televisión. Ha sido muy interesante conocer estos detalles, y la verdad es que le dan un punto diferente de la típica novela policíaca.
Como ya he dicho, una de las cosas que más me ha llamado la atención de la novela, es su desenlace ya que aunque lo estás leyendo, no te lo acabas de creer. Sinceramente me ha parecido muy duro, pero a la vez es tan real, que hace que mientras devoras las líneas de la investigación, un escalofrío recorra todo tu cuerpo.
En junio, Elisa Cotarelo se puso en contacto con nosotros. Nos pedía un poco de tiempo y un hueco en la web, para su novela El peligro de llamarse Nerea. Nos enlazó su blog y en cuanto leí la sinopsis, le escribí para pedirle que me lo mandara. Tras haberlo leído, tengo que agradecer que pensara en nosotros para reseñar su obra, ya que ha sido un placer. En definitiva, una buena novela negra con pinceladas de sentimientos y diversas situaciones tanto familiares como escolares, fácil de leer, y con un final que pretende abrirnos los ojos en cuanto a los peligros de las redes sociales, especialmente para los más jóvenes.
Crónicas de Ilandor, de Ernesto Domenech
Una de las cosas interesantes de participar en un blog de reseñas literarias, es que de vez en cuando un autor nos remite su obra y de este modo te encuentras con libro en tus manos y un autor pendiente de tus palabras.
Este ha sido el caso de Crónicas de Ilandor, la ópera prima de Ernesto Domenech, que además se presenta como el inicio de una trilogía: Los viajes de Gadel. Una novela de literatura fantástica con protagonista masculino, un joven arrastrado por las circunstancias que emprende su aventura obligado por terribles circunstancias.
Como es tradicional en este tipo de literatura, el autor nos brinda un universo completo, mapas, historias, pasados y leyendas que nos posicionan en un mundo similar al medievo, donde la magia es apenas un recuerdo propio de cuentos infantiles y la guerra y el abuso, realidades demasiado habituales.
Gadel, el protagonista, emprende un largo viaje con el objetivo de encontrar y rescatar a su padre, su novia y lo que quede de su pueblo de la esclavitud a la que han sido sometidos. En su camino será acompañando por un vejete algo extravagante, una joven muy especial, guardiana de un bosque en peligro, y un heredero presuntuoso y falso.
Este primer libro consigue su objetivo, quieres saber más, acompañar a esta peculiar compañía y averiguar qué les depara el futuro y por qué el pasado parece ocultar mucho más que lo que muestra.
No sería sincera si obviara que entre sus líneas se cuela la juventud e inexperiencia del autor, pero seguro que irá puliendo su estilo a la vez que crecen sus protagonistas, espero que sin dejar de sentirse tan libre como para mezclar elementos tradicionales del género con imágenes modernas y actuales, aligerando con soltura la carga de nombres y sortilegios en lenguas incomprensibles, sin duda la cháchara en apariencia inconexa de Erbiles es una de las figuras más destacables.
Yo estaré pendiente de la segunda crónica de este viaje, nos vemos en Elae.
Rebeldes, de Susan E. Hinton
¿Literatura juvenil? Tal vez, pero con mayúsculas. Rebeldes va mucho más allá de lo puramente adolescente, te incluye en un espacio difícil y hace que luches por la historia y te preocupes por los personajes. No te quedarás en lo superficial de la historia, ni sentirás que las cosas están sucediendo porque sí. Hinton lo construye todo a partir de la difícil situación que ha vivido Ponyboy Curtis, junto a sus hermanos Darry y Sodapop, a causa de la muerte de sus padres y su vida en un barrio conflictivo de una ciudad norteamericana.
Estos jóvenes forman parte de una banda callejera llamada los “Greasers” junto a otros jóvenes de clase baja de la ciudad. Esta banda se enfrentará a los “socs”, una banda callejera de los jóvenes de clase alta de la ciudad, y esto desencadenará una serie de terribles altercados en la vida de Ponyboy que no dejarán a nadie indiferente.
Susan Eloise Hinton eleva la literatura para adolescentes al nivel de clásico con esta obra maestra de la que no te puedes despegar desde la primera página. Su forma de acercarte a los jóvenes pandilleros que la protagonizan es magistral, haciendo que te sientas atraído por ellos durante toda la historia. La empatía con el sufrimiento del protagonista, a pesar de su apariencia ruda y desairada, se hace física a través de sus pensamientos y va aumentando conforme las páginas van avanzado.
La lucha entre bandas se verá intensificada por una historia de amor que nos recordará a Romeo y Julieta, pues toda lucha desgraciada entre dos grupos en la que encontramos amor hace eco de esta historia.
La autora escribió la obra cuando tenía dieciséis años, algo que parece increíble al enfrentarse a una obra tan madura y de un argumento tan apasionante. La encontraremos en todas las estanterías de literatura juvenil del mundo, sin embargo, puedo asegurar que la historia y la narración merecen ser leídas por un público adulto.
La niña silencio, de Cécile Roumiguière y Benjamin Lacombe
Al leer, de vez en cuando siento la necesidad de cambiar el estilo de libro que voy devorando. Cuando llevo varias historias de suspense cambio a una historia juvenil fresca de amor de verano, o bien retomo algún cuento de mi biblioteca de aula. Ya llevaba días con historias más o menos densas, de muchos capítulos, por lo que tras terminar la última me decidí por un cuento muy especial. Hoy quiero hablar de La niña silencio.
Como pintora amateur, me declaro enamorada de las ilustraciones de Benjamin Lacombe. Esa delicadeza de trazos en los dibujos, esos tonos suaves utilizados y esas expresiones que les pone a sus personajes, hacen de sus colaboraciones, obras de arte. El primer libro que cayó en mis manos de este ilustrador, fue el de Blancanieves. Su portada me dejó maravillada. El pasado mes de junio recibí para mi cumpleaños el segundo: La niña silencio, que no sólo es un conjunto de dibujos preciosos, sino que se trata de un cuento que en pocas líneas es capaz de contar una historia aterradora. Pero no estoy hablando de un libro de miedo, me refiero a lo aterrador que es el tema del maltrato a los niños.
La niña silencio se ha quedado sin palabras. Vive en la guarida de los lobos. Cuando todos los niños regresan contentos a su casa después del colegio, la niña silencio emprende el camino del miedo, la oscuridad y el dolor. Ella sabe que no puede hablar, tiene que guardar secretos. Si habla, la separarían de sus lobos, y ella siente que debe protegerlos. En los días rojos, los lobos aúllan. Pero también existen días azules, donde los lobos ronronean y la abrazan. Es una maestra que huele a pan tostado y plátano la que ayuda a la niña silencio, y mediante un dibujo la niña abre su corazón roto y por fin derrama las palabras que encierra en su cabeza.
Cécile Roumiguière narra en 32 páginas a través de metáforas exquisitas, una historia desgarradora: la historia de una niña maltratada. Pero no es sólo una historia perfectamente contada, sino que gracias a las ilustraciones de Benjamin Lacombe, se consigue un efecto único. Dibujos preciosos de la niña silencio, donde predominan los tonos rojos y oscuros que combinan de un modo asombroso con la historia. Dibujos que no pueden expresar mejor el significado del libro.
Cuesta creer que con tan poquitas palabras se pueda elaborar una historia. Cuesta leer los sentimientos de la niña silencio hacia sus lobos. Cuesta aguantar las lágrimas al sentir esta realidad.
La niña silencio es uno de esos cuentos que no dejan indiferente a nadie.
Ojalá no existieran los niños silencio.
El beso más pequeño, de Mathias Malzieu
El último título de Mathias Malzieu es la historia de un beso. Una original historia de amor que da comienzo precisamente con el beso más pequeño nunca visto. Los protagonistas de esta historia son un inventor melancólico que no es capaz de inventar nada, una chica peculiar con nombre de flor que desaparece cuando la besan y un extraño detective retirado.
Cierta noche el inventor conoce a la chica. Se besan. Y tras ese minúsculo beso, ella desaparece. Y es que cuando digo que desaparece, digo que desaparece literalmente. Nuestro inventor queda hechizado y decide buscar a la chica invisible. Pero, ¿cómo se puede encontrar a una chica invisible? Es aquí cuando entra en acción Gaspar Nieve, un detective especializado en encontrar mujeres gracias a su ayudante, un loro azul llamado Elvis.
Para encontrar a la chica invisible, nuestro amigo el inventor sólo tiene una pista: el suspiro asmático en Re Menor de la chica y el sabor de su beso. Será Elvis el que reproduzca el sonido allá donde vaya y localizará a la chica invisible, generándose entonces una comunicación vía loro, entre el inventor y Sobralia. Una vez localizada la chica, quedará saber si el inventor será capaz de retenerla y de hacerla aparecer.
Conforme avanza la historia vamos conociendo un poquito de la vida del inventor y de Sobralia, descubriendo que tienen una cosa en común: son dos personas que han sufrido mucho por amor, y precisamente como consecuencia de ello, Sobralia desaparece por miedo a volver a sufrir. Es curioso ver cómo reaccionamos las personas frente a un desengaño amoroso: los hay que se hunden, los hay que ponen una coraza a su corazón y los hay que parece no importarles nada. Nuestro inventor quedó destrozado hasta el punto que perdió las ganas de vivir y de sentir, por ello, tras el beso más pequeño que enciende una chispa en su corazón, no puede quedarse de brazos cruzados y dejar escapar esa oportunidad de ser feliz, por remota que parezca. Sobralia por su parte es más temerosa que el inventor y aterrorizada de volver a sufrir olvida la parte bonita de cualquier historia de amor.
Esta novela fantástica de lectura rápida mezcla melancolía, humor, tristeza y esperanza a partes iguales. Mathias Malzieu es capaz de trasmitir muchísimo con frases cercanas a la poesía, creando una bella historia cuya finalidad es la de mostrarnos lo ciegos que podemos ser en el amor.
Personalmente puedo decir que me ha encantado esta obra y que la recomiendo como lectura refrescante de verano. Las artimañas del inventor para localizar a Sobralia se han ganado mi corazón (que alguien sea capaz de elaborar un bombón con sabor a beso me ha parecido mágico). Lo curioso de los personajes tiene su punto, ya que aunque no estén perfectamente dibujados (es un libro cortito para entrar en demasiados detalles), con lo poco que el autor cuenta, ya eres capaz de hacerte una idea de cómo son y de qué les ha ocurrido para llegar hasta aquí. Y los juegos de palabras con sus dobles sentidos, me han hecho sonreír en muchas ocasiones. Además, para rematar la novela, el libro cuenta con un pequeño anexo en hojas de color rojo, que simula el recopilatorio de poemas que el inventor regala a Sobralia para demostrarle sus sentimientos.
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Definitivamente me gusta Mathias Malzieu. Me ganó con La mecánica del corazón; me hizo sentir mucha pena con La alargada sombra del amor; y me devuelve las ganas de creer en el amor con El beso más pequeño.
El juego de Ripper, de Isabel Allende
Isabel Allende vuelve a las librerías con una curiosa "novela negra", término que, según la omnipresente Wikipedia, responde a un tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son habitualmente muy violentos; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella.
Y no seré yo quien determine si es o no una calificación oportuna, si bien en todo caso sería preciso añadir que es una novela negra al estilo Allende, ya que entre sus páginas se cuelan retazos de esa magia que la hace tan peculiar junto a toques de novela juvenil y una característica que para mí la hace especial; el uso de ese castellano de allá que suaviza incluso descripciones de estrema crudeza.
Los personajes de El juego de Ripper conforman un universo peculiar que gira, aún sin saberlo, alrededor de Amanda, maestra de un juego de rol online en el que un grupo de adolescentes juegan a resolver los crímenes de Jack el Destripador (Ripper). Junto a ella conoceremos a sus padres Indiana y Bob, a su abuelo/esbirro y a los clientes y amigos de Indiana, una mujer muy especial que se mueve entre la magia y la realidad sin apenas sentir cómo se cruzan las fronteras.
El telón de fondo es San Francisco, una ciudad de aluvión en la que caben desde las Cenicientas Atómicas, a las bandas armadas, pasando por los proyectos sociales del Glide Memorial, las carreras de resistencia, la comunidad gay o las dificultades de la crisis financiera.
La muerte percibida primero como un entretenimiento algo macabro para un grupo de jóvenes peculiares y después como el miedo atávico que es nos permite pasear por las pesadillas de un navy seal o las preocupaciones de una joven enamorada de su jefe.
De lectura algo lenta en su primera parte, donde los personajes son dibujados primero a brochazos y después con detalle puntillista, coge ritmo a medio camino donde quizás consigue el propósito de ser realmente una novela policíaca.
Isabel Allende se resiste a ser encasillada, su literatura es siempre algo más que las etiquetas a las que se quiere limitar su obra, probablemente porque escribe como lo que es; una mujer, latinoamericana en EEUU, amante de la vida, convencida de que ésta es siempre mucho más de lo que vemos y que domina el lenguaje sin artificios.
Isabel Allende se resiste a ser encasillada, su literatura es siempre algo más que las etiquetas a las que se quiere limitar su obra, probablemente porque escribe como lo que es; una mujer, latinoamericana en EEUU, amante de la vida, convencida de que ésta es siempre mucho más de lo que vemos y que domina el lenguaje sin artificios.
Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness
Siobhan Dowd fue una autora muy querida por el público, cuya carrera como escritora se vio truncada por un cáncer que la llevó a una muerte prematura, a los 47 años. Tras este triste acontecimiento, se encontraron entre sus proyectos para el futuro las notas de un nuevo trabajo, que hubiera sido su quinta novela, y se decidió proponer su escritura a otro autor muy conocido del panorama juvenil, Patrick Ness, autor de la trilogía El caos andante. Patrick Ness dudó en un principio, pues no quería imitar la voz de una autora a la que admiraba, pero al final aceptó por lo inspiradora que le resultó la historia, que terminó haciendo un poco más suya, sin perder la esencia de Siobhan Dowd. Un monstruo viene a verme surgió pues de esta fusión de ideas de dos escritores.
Un monstruo viene a verme nos cuenta la historia de Conor, un chico normal de trece años cuya rutina está alterada por un hecho muy cercano: su madre tiene cáncer. Conor y su madre viven solos, pues esta se separó de su padre, que ahora vive en Nueva York con su nueva mujer. Conor se encarga de casi todas las tareas de la casa, va al colegio, donde sufre acoso por parte de unos compañeros, y está harto de que los profesores no le castiguen por lástima.
Todo podría parecer bastante normal, pero entonces ocurre algo extraordinario: el tejo que Conor ve cada día desde su ventana se convierte una noche en un enorme monstruo que va a visitar al muchacho. Pero no es el monstruo que Conor esperaba, y curiosamente no le tiene miedo. El monstruo le dice que le contará tres historias durante las noches que lo visite, y que estas le ayudarán a descubrir su verdad, la verdad que se esconde en una terrible pesadilla de Conor, de la que no se atreve a hablar con nadie.
Patrick Ness presenta una historia real, dura como la vida, con un protagonista inocente al que rápidamente se le coge un gran cariño; y la fusiona con una historia fantástica y alegórica. Es una novela corta, pero que resulta muy intensa, y el autor sabe transmitir muy bien los sentimientos y los miedos del protagonista. Además, con muy pocas palabras consigue caracterizar muy bien a algunos personajes secundarios.
La edición que yo he leído (de Debolsillo) estaba ilustrada por Jim Kay. Estas ilustraciones fueron uno de los aspectos que más me llamaron la atención al sostener el libro con mis manos. Y durante la lectura del mismo sentí cómo se integran en la narración con gran facilidad, cómo en ocasiones la complementaban. Además de hacer que el simple acto de mirar el libro por encima resulte atractivo, ayudan a contar con más intensidad la historia.
Y, apartándome un poco del tema, me gustaría comentar lo que me ha recordado esta novela a la película El laberinto del Fauno de Quillermo del Toro, en la que encontrábamos también a una niña que se sentía inadaptada en una situación muy dura (la posguerra), y que se evadía de la realidad en un mundo de hadas y faunos, que no quedaba muy claro si era real o imaginario. Un monstruo viene a verme también será próximamente una película, que dirigirá el español J. A. Bayona (El Orfanato, Lo imposible) y que protagonizarán Liam Neeson y Felicity Jones.
Os recomiendo esta breve lectura por la intensidad y sensibilidad de la historia, y porque es un auténtico disfrute ir pasando las páginas para encontrarte con las magníficas ilustraciones de Jim Kay.
Rebelión en la granja, de George Orwell
Detrás del nombre de George Orwell (pseudónimo utilizado por Eric Blair, el nombre verdadero de nuestro autor) aparece una figura imponente, lúcida, segura de sus ideales, capaz de transformarse en miliciano del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) durante la Guerra Civil española, o de cubrir la Segunda Guerra Mundial para la BBC como periodista de guerra. Todos los avatares de su vida contribuyeron a hacer de Orwell una persona comprometida con las ideas de libertad y tolerancia, por lo que nunca dudó en luchar contra cualquier forma que las cohibiera.
Rebelión en la Granja no es sino una muestra más de su lucha contra la intolerancia. Todo su ideal queda expuesto en el prefacio que el propio Orwell añadió al libro tras su primera y costosa publicación del libro. En él habla de la sociedad británica en la época de entreguerras (aunque lo ideó hacia 1937, no lo escribió hasta 1943) y como existía una tendencia de autocensura hacia todo aquello que criticase el régimen soviético de la URSS y en concreto a Stalin.
De filiación socialista, pero en la vertiente troskista, crítica con el régimen comunista de Stalin, George Orwell hace una crítica despiadada y mordaz del régimen stalinista a través de un fábula que está al alcance de todos los lectores, incluso de los más infantiles. Rebelión en la Granja puede verse como un cuento para niños en el que es fácil de reconocer a los buenos, a los malos y los malos malísimos. Esa cercanía es la que hizo que el libro, si bien tuvo una acogida discreta en sus primeras publicaciones, se convirtiera de la noche a la mañana en un libro de cabecera para todos aquellos que luchaban contra el autoritarismo.
Granja Solariega es una modesta granja de Willingdon, en el condado de Sussex, Inglaterra. El señor Jones, propietario de la granja, está cansado de dirigir su explotación animal y todo lo hace entre trago y trago de whisky. La desgana y la abulia hacen que los animales de la granja añoren una vida mejor, de más cuidados y menos trabajo. Esas aspiraciones se ven promovidas por el Viejo Comandante, un cerdo a punto de morir, que antes de hacerlo reúne a todas los animales de la granja para hacerles partícipes de sus pensamientos. Las ideas del cerdo Viejo Comandante radican en la aspiración de una vida mejor para todos los animales, no solo de Granja Solariega, sino de toda Inglaterra. Por eso les hace partícipes de una vieja canción que unía a todos los animales de Inglaterra: "Bestias de Inglaterra". Un himno para la rebelión.
Una rebelión que empieza al poco de su muerte, encabezada por dos cerdos herederos del pensamiento del Viejo Comandante, Napoleón y Bola de Nieve. Dos personajes antagónicos que pugna por liderar la rebelión. Si Napoleón es un animal pragmático, de pocas palabras, Bola de Nieve es vivaracho y con facilidad para convencer mediante la palabra. Chillón, otro cerdo de mejillas sonrosadas, era capaz de convertir lo blanco en negro. Un conversador audaz, capaz de trocar el pensamiento de cualquier incauto. Con tan buenos líderes, se puede pensar, lo raro es que fracasase una rebelión, y en efecto no fracasó, sino que fue un verdadero éxito.
Así que, desterrado el señor Jones, que lloraba por las otras granjas maquinando emboscadas y tretas para recuperar el control de la granja, los cerdos liderarán la nueva granja, Granja Animal. Quizá fue ese el aspecto más controvertido de la novela. Orwell quiso que el liderazgo recayera en los cerdos, utilizando la metáfora para asimilar a los grandes líderes de la revolución rusa con cerdos. Pero no unos cerdos cualquiera, unos cerdos que hasta aprender a leer, que manejan al resto de animales de manera marcial, guiados por unos mandamientos (Los Siete Mandamientos) que regirán la vida en la granja. La percepción del resto de animales dista de la del lector, que entiende desde el principio a dónde quiere llegar Orwell con su metáfora. El resto de los animales entiende que las cosas funcionan mejor sólo porque ahora son los animales los que controlan la granja. Algunos, como Boxeador, un caballo voluntarioso y trabajador, abandonan cualquier intento de comprender la realidad y sigue a sus líderes en todo lo que ellos digan.
La construcción de un molino de viento con la vana esperanza de producir energía eléctrica y ser una granja autosuficiente, desencadena un conflicto entre Napoleón y Bola de Nieve. El resultado de la disputa trae un nuevo amanecer para Granja Animal. Una nueva etapa en la que los "tentáculos" del poder se extienden a todas partes, controlando cada palmo de la vida de Granja Animal. El poder se hace cada vez más distante del resto de animales. Chillón actúa como medio de comunicación, vocero del poder que no duda en alterar Los Siete Mandamientos al gusto del momento. El hambre, la carestía y el trabajo extremo hacen mella entre la población de Granja Animal.
Un final clarificador y asombroso es el broche perfecto para un alegato contra el autoritarismo que refleja a la perfección la maquinaria del poder soviético. Lo bueno de esta edición es que se acompaña de un epílogo escrito por Christopher Hitchens que te ayuda a ver la verdadera dimensión de esta obra. Es más, creo que la obra cobra más valor después de leída que durante el mismo proceso de lectura. El alcance posterior de Rebelión en la Granja la hace más grande aún. Y sin duda las hondas reflexiones a las que el lector llega una vez terminado el libro hacen comprender lo importante que es para el ser humano la libertad y la tolerancia, el respeto hacia todas las formas de vida.
Antes de Rebelión en la Granja había leído 1984, pero el libro que os recomiendo hoy lo descubrí en mi trabajo, pues era lectura recomendada u obligatoria para los alumnos de 1º de bachillerato de algunos centros en los que trabajé. Y es perfectamente comprensible por qué. Así que os animo a leerla, no os va dejar buen sabor de boca, lo sé, pero la condición humana a veces solo se puede entender comparándola con la de las bestias.
"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros."
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Harry Potter, de J. K. Rowling
Desconozco cómo Harry ha llegado a tu vida: puede ser que vieras un libro curioso en una librería y decidieras darle una oportunidad, que te lo regalara alguien porque se lo habían recomendado, que oyeras cosas maravillosas sobre un mundo mágico y quisieras adentrarte en él o simplemente, que sólo te suene. Seguro que cada uno tenemos nuestra historia. Yo puedo decir que siempre voy al revés del mundo, y como sólo se hablaba de Harry Potter me negué a leerlo. Pero mi madre, mujer sabia, me regaló el primer libro y lo leí por no hacerle un feo. Y a partir de ese momento caí en las redes del niño que sobrevivió. Cada vez me gustaba más, tantos detalles tan bien enlazados hacen que puedas ver ese mundo a través de las letras y que desees estar allí. Cuántas veces habré tenido ganas de aparecerme en Hogwarts (aunque los amantes de esta historia sabemos que no es posible debido a los hechizos que protegen a esta fortaleza).
La historia que cuentan los libros de Harry Potter es, en líneas generales, conocida por prácticamente todo el mundo, y su argumento ha sido reseñado tantas veces que estaría de más ahondar mucho en detalles. No escapa al conocimiento de nadie que Harry Potter es un niño mago que estudia en Hogwarts, una escuela de hechicería, y cuyos padres fueron asesinados por lord Voldemort, el-que-no-debe-ser-nombrado, un mago tenebroso empeñado también en acabar con la vida de Harry.
Su autora, J. K. Rowling, nos cuenta las aventuras del mago a lo largo de siete libros, uno por cada año de Harry en Hogwarts (La Piedra Filosofal, La Cámara Secreta, El prisionero de Azkaban, El Cáliz de Fuego, La Orden del Fénix, El misterio del príncipe y Las Reliquias de la Muerte). En los primeros libros nos encontramos aventuras más independientes (sin dejar de tener un hilo conductor entre ellos) y de un estilo un poco más infantil, pero esto va cambiando hacia el final de la saga, donde la historia y los personajes se vuelven más complejos, oscuros y adultos, y nos encaminan irremediablemente hacia un único desenlace posible: el enfrentamiento final entre Harry y Voldemort, con la victoria de uno o del otro.
Mi relación personal con los libros fue como la de la gran mayoría de niños de mi generación. Leí los cuatro primeros libros de un tirón, pero ya no había más escritos. Y qué dura se hacía la espera. Admito que fui de esas personas que encargaban el libro para que el día de su publicación en España me reservaran un ejemplar en la librería. Y una vez en casa, el libro no me duraba ni una semana. Recuerdo especialmente el último, que llegó en época de exámenes y no podía dejarlo. Tres días me separaron del desenlace de una saga con la que he crecido. Porque las aventuras de Harry Potter no han sido un libro más de los muchos que he leído. Para mí esta saga marcó un momento en mi vida, crecí y maduré a la vez que Harry, Ron y Hermione, y cuando J. K. Rowling puso punto y final a las aventuras de este trío, un pedacito de mí se estancó en el tiempo y se quedó con ellos.
Sin embargo, no todo termina en los siete libros que forman la saga, y es que J. K. Rowling creó con esta serie de novelas todo un universo lleno de imaginación y personajes, que van más allá de lo que aparece en la saga. Ampliando este universo se publicaron dos libros, escritos por la misma autora, Animales fantásticos y dónde encontrarlos y Quiddicth a través de los tiempos, además de una colección de cuentos que tienen mucho que ver con la historia de Harry, Los cuentos de Beedle el Bardo. Asimismo, Rowling emprendió un proyecto online, Pottermore, una red social que hace más interactiva la lectura de los libros, y en la que los participantes pueden ir desbloqueando documentos inéditos con ampliaciones de la propia autora sobre personajes o acontecimientos de su mundo imaginario.
El éxito alcanzado por la saga se convirtió en uno de los mas grandes que se ha visto en el mercado literario en los últimos años, un éxito que sorprendió a su autora, que estaba en la ruina cuando escribió el primer libro, y que nadie sabría explicar ni repetir. Pero podemos asegurar que una de las claves de este éxito fue sin duda el buen hacer de Rowling, que supo crear un mundo de grandes dimensiones, lleno de detalles, escenarios y magia, y construir en este mundo una historia repleta de aventuras y misterio que atraería a millones de niños de toda una generación y de varias generaciones posteriores.
Y como no podía ser de otra manera, debido al éxito de los libros, llegaron las adaptaciones cinematográficas (que comenzaron cuando aún no se habían publicado todos los libros), y dieron como resultado ocho superproducciones que arrasaron en taquilla. Otorgaron un toque de realidad a la historia, que muchos niños ansiábamos tras haber leído los primeros libros. Y con su espectacularidad y un reparto inmejorable, atrajeron a un público mucho mayor a la historia de Harry y alargaron su estela. Y es que incluso siete años después de la publicación del último libro y tres del estreno de la última película, Harry Potter continúa siendo un fenómeno muy actual.
Así pues, entre todos consiguieron tenernos a los once años asomados a la ventana, esperando la llegada de una lechuza con una carta escrita con tinta verde que nos demostrara que un mundo tan maravilloso no podía existir solo dentro de nuestras cabezas.
Harry Potter no es sólo el niño que sobrevivió, sino el niño que nos hizo creer en la magia y nos abrió las puertas a un mundo maravilloso. Por ello tengo que dar las gracias a J. K. Rowling por darle vida.
Te quiero Valero, de Fernando Lalana e Isidro Ferrer
Estamos en abril, y el día 23 es el Día del Libro. Además, en mi tierra, Aragón, se celebra el patrón, San Jorge, caballero que derrotó a un temible dragón que comía doncellas. La Leyenda de San Jorge es muy conocida, y siempre se ha pintado al dragón como el malo de la historia, y San Jorge siempre ha sido el valiente caballero que derrotó a la bestia e hizo crecer rosas rojas de la sangre del animal (por eso los enamorados regalan rosas rojas el día 23 de abril). Pero, ¿y si el dragón no era tan malo en realidad? ¿y si sólo era una criatura curiosa que se enamoró perdidamente de una princesa? Fernando Lalana nos plantea una nueva y original historia.
Te quiero Valero cuenta la historia de Valero, un peculiar dragón que habita en tierras aragonesas. Fruto de la curiosidad, Valero llega a un castillo donde descubre a una princesa pelirroja llamada Pilarín. Inmediatamente se enamora de ella, y compone los poemas más divertidos para hacerla reír. Es así como Pilarín y Valero se hacen novios, y comienzan a verse a escondidas. Hasta que el padre de Pilarín se entera, y enfurecido grita a los cuatro vientos que él no acepta a un dragón como yerno. El rey Alfonso (padre de Pilarín) resultó ser más malo que la quina, así que hizo correr la terrible mentira de que un dragón quería comerse a la princesa y a las demás doncellas del reino. Cundió el pánico y entonces apareció el famoso San Jorge, dispuesto a matar a la bestia devoradora de mujeres bellas. Pero él no contaba con Pilarín…
Este es el argumento de uno de mis imprescindibles de mi biblioteca de aula. Te quiero Valero es recomendable a partir de 7 años, y aunque pertenece al género de la literatura infantil, los adultos también podemos disfrutar de esta divertida historia.
El gran escritor Fernando Lalana (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil) unió sus esfuerzos al también genial ilustrador Isidro Ferrer (Premio Nacional de Diseño) e hicieron magia.
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