Esta original y ambiciosa historia se centra en la capacidad de ver la luz y sus diferentes espectros. A través de ella y gracias a su forma física, la luxina, los trazadores son capaces de mantener una armonía en un mundo que se divide entre los que ven y los que son ciegos a la luz. Por encima de todos ellos está Gavin Guile, el emperador y hombre más poderoso de todo el territorio, las Siete Satrapías, el cual deberá mantener la paz y evitar a toda costa entrar en guerra que sólo conseguiría llevar a la destrucción del territorio. Pero trazar luxina conlleva sus riesgos, afecta al cuerpo, alterándolo y haciendo que la vida del trazador sea más corta, así pues Gavin dispone de muy poco tiempo para intentar conseguir objetivos casi imposibles.
A través de unos personajes muy bien definidos nos adentramos en un mundo de luz lleno de luchas por el poder e intrigas. El personaje de Gavin se te hace muy afín. Sientes con él las alegrías y los pesares, los triunfos y las derrotas. Anhelas saber qué es lo próximo que le ocurrirá, en qué nuevos desafíos se verá envuelto y en quién podrá confiar y en quién no. A Gavin lo acompañarán personajes a los que les cogeréis cariño o con quién os sentiréis identificados, a otros los odiaréis con ganas, pero todos juntos forman una trama que te lleva poco a poco al momento en que todas las piezas encajan.
La exhaustiva narración a que nos somete Brent Weeks para describir los personajes y sus sentimientos, los colores y espectros, las localizaciones de las Satrapías y las batallas a veces hace que sea desesperante el instante en que por fin llega la acción, pero todo ello es necesario para luego entender el complejo sistema que ha creado alrededor de la luxina. La presencia de giros inesperados durante el hilo argumental te sorprenderá y consigue que esta no sea otra historia de fantasía, sino que sea una historia diferente, entretenida y que te mantenga en vilo hasta el final, deseando más, mucho más.
En resumen, un libro que plantea una original idea bien desarrollada y que deja muy buen sabor de boca esperando la continuación.
Publicado por Miriam Vidal