Hace dos años recibí de mis padres, como regalo de Reyes, un pack de tres libros de Kate Morton. El primero era La casa de Riverton. En un principio no me llamó mucho la atención, ya que por aquel entonces estaba en mi época de novela negra e histórica de los Tudor, pero es que no hay nada como el frío para ayudarte a escoger el libro más aparente que tengas a mano.
Suelo tardar poco en leerme un libro, sobre todo si me engancha, pero con éste creo que he batido récords. Aquellos que hayáis visto Downtown Abbey os podréis imaginar mejor a los personajes, aunque no haga falta, puesto que Kate Morton pincela con grandes trazos y gran maestría los dos mundos de una época que estaba drásticamente cambiando a causa de una guerra mundial que destrozó Europa, tanto moral como económicamente. Sinceramente, si tuviera que escoger algo del libro, sería la ingeniosa forma de describir la época de la ruptura de las tradiciones en una Inglaterra anclada en el pasado, tan dispuesta a seguir en ese enraizamiento, que no es capaz de asimilar las consecuencias de una guerra que se llevó a tantos y tantos hombres al frente. Este hecho provocó que las mujeres tuvieran que tomar las riendas del país (como en todos los países que se vieron involucrados) y que se empezara a hablar del derecho a voto, del derecho a la emancipación, de la independencia económica que tanto asustó a los hombres y mujeres de esa época.
El argumento gira en torno a Grace, una humilde sirvienta de la casa Riverton. Allí ésta conoce a David, Hanna y Emmeline, los tres “señoritos” del hogar, tan importantes para ella como para la historia. Grace narra las experiencias que vive con Hanna, ya que termina convirtiéndose en su doncella, y un trágico suceso (la muerte de un famoso poeta en el lago de la casa) a través de un ingenioso y maravilloso uso de flashbacks, ya que la “Grace narradora” es una adorable viejecita en el año 1999. Y Grace esconde un secreto… un gran secreto que había olvidado entre las sombras de los años. Y ese gran secreto sale a la luz de su memoria gracias a una película que están rodando sobre la muerte de R.S. Hunter.
Quizá la historia empieza de una forma lenta y tediosa. Quizá sea para dibujarnos a través de las palabras la sensación de sosiego y tranquilidad que para los dos mundos de la sociedad inglesa de principios de siglo XX era tan necesaria. Quizá el libro termina en una vorágine de sucesos, como si la narradora tuviera prisa por terminar su historia. Quizá sea por transmitirnos la velocidad vertiginosa que alcanzó el mundo en general, e Inglaterra en particular, tras una guerra que demostró al mundo los demonios más inmorales que puede tener el ser humano.
Un gran libro, una gran historia, y una gran maestría descriptora. Altamente recomendable para todos aquellos a los que os guste un libro de fácil y rápida lectura. Y sobre todo, para aquellos a los que os guste una época histórica de drásticos cambios.
Lo leí y aunque me costó, el final me encantó. Es algo lento, pero merece la pena, sin duda. Hay escenas, además, que están tan bien narradas, que tienes la sensación de estar viviendolas, como cuando llegó Grace a a casa y están los 3 hermanos jugando y ella observando todo y como si nadie estuviera. Un libro, sin duda, a tener en cuenta. Te recomiendo los otros 3 libros de ella.
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