Nueva reseña, esta vez dedicada al libro que acabo de terminar El mal de Judas (Roca Editorial), de James Rollins, un autor al que no conocía, y que resulta ser el seudónimo que éste ha utilizado para publicar algunas de sus novelas. También ha escrito bajo el nombre de James Clemens. El verdadero nombre del autor es Jim Czajkowski. Los tres nombres desconocidos para mí.
El mal de Judas es una novela que aprovecha los viajes del famoso Marco Polo para preparar una trama en la que se intenta salvar a toda la humanidad de un virus capaz de asolar el planeta. Todo comienza con el secuestro de un barco científico al que llegan un grupo de terroristas con la única persona enferma que está combatiendo el virus y a la que los científicos de abordo tendrán que estudiar para descubrir el antídoto. Enfermedad que hace que te vuelvas un hambriento feroz y que de hecho comas carne humana cual zombie se tratase. No sé vosotros, pero yo ya estoy un poco cansado de la fuente inagotable zombie.
La trama de la novela es sencilla: malos que intentan hacerse con el control de la pandemia para tener bien agarrados a los gobiernos, pero también, como siempre, el gobierno americano, con su agencia Sigma, hará que los terroristas no se salgan con la suya y así poder ser ellos, de nuevo, los salvadores del mundo.
Es un libro que combina el misterio con la acción y la historia con la ciencia, y que nos lleva, cómo no, desde el Vaticano hasta las ruinas de Angkor en Camboya, donde finalmente termina el libro y donde se produce el encuentro de los buenos con los malos, donde se halla la cura para la enfermedad y donde se descubre el lenguaje de los ángeles.
Lo mejor del libro, sin duda, son los viajes que realizan a las ruinas de Angkor, totalmente desconocidas para mí, que el autor describe bastante bien. Por lo demás el libro es pasable, tipo película de sobremesa, que casi invita a que te eches la siesta.
Libro que se vende como un thriller trepidante, según pone en la tapa, pero que a mí no me ha parecido para tanto. Recomendable si no tienes otra cosa que leer o si te lo dejan, porque no merece la pena comprarlo.