De nuevo vengo con un libro de Marc Levy. Esta vez os traigo “El pequeño ladrón de sombras” una historia peculiar desde el principio, donde la imaginación tiene un papel importante.
El pequeño ladrón de sombras es un niño de 12 años al comenzar el libro. Lo primero que me llama la atención, es que el nombre del protagonista no aparece por ningún sitio. Es apodado como “amigo”, “cariño”, o “tío”, por los demás personajes de la novela, pero en ningún momento se le da un nombre. A mí es algo que me descoloca bastante, no estoy acostumbrada a leer sin poner nombre al personaje principal. De hecho llegué a pensar que no había registrado el nombre al leer la novela, pero tras revisar de nuevo el libro me di cuenta de que efectivamente, el niño no tiene nombre.
Durante la primera parte del libro, vivimos de primera mano la infancia del protagonista: sus desventuras en un nuevo colegio donde se siente un bicho raro, su fracaso amoroso al enamorarse de la misma niña que el matón de su clase, su amistad con el que siempre será su mejor amigo, el abandono de su padre, y lo que hace a este niño todavía más especial: una capacidad muy grande de empatizar con los demás debido a su don, ya que este niño es capaz de hablar con las sombras, tanto la suya propia como la de los demás.
La segunda parte de la historia, más rápida, se centra en su último año de carrera, con su amigo aún a su lado, con una chica que no consigue hacer que él olvide a su primer amor, y con una madre orgullosa que sigue presente en su vida, aunque sea en la distancia.
Emociones, encuentros y pérdidas, sentimientos profundos, recuerdos y memorias que acechan a nuestro protagonista y dan un giro inesperado a su historia. De lectura ágil debido a su narrativa, con diálogos en los momentos adecuados, y con una originalidad que llama la atención desde el primer momento.
Pues que el protagonista sea un niño ya cambia bastante!! Está genial la reseña .
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