El factor humano, de John Carlin


Al hablar de deporte no siempre se tiene en cuenta que detrás de un equipo hay una persona que se entrega a su pasión con todas sus fuerzas. Cuando se habla de deportes es fácil ensalzar la figura de algún deportista en particular, nombrando sus logros, sus títulos... aquellas cosas que quedaron en la retina y que nos dieron una idea de cómo es en realidad. Más bien idealizamos a los deportistas como héroes: personas de una fuerza sobrenatural que con su esfuerzo nos administran una dosis temporal de bienestar, como un placebo.

Pero, ¿dónde queda en esa idealización el "factor humano"? Muchos tenemos en nuestra memoria imágenes recientes de acontecimientos deportivos, como el gol de Iniesta, o Nadal rebozado en la arcilla de Roland Garros... Pero tan solo en algunos destellos de esas imágenes vemos el "lado humano" de estos súper hombres. Lo que John Carlin nos propone en su libro El Factor Humano es analizar los condicionantes humanos que rodearon a un acontecimiento deportivo extraordinario. Nos induce a observar los factores humanos que desencadenaron una serie de acontecimientos imprevistos pero muy deseados, que transformaron un acontecimiento deportivo en un hito de la historia nacional de Sudáfrica. 

El Factor Humano es el título escogido por la editorial Seix Barral para la edición en castellano, aunque el título original sea Playing the Enemy. Esta novela de no-ficción es editada en 2008, con la imagen de Mandela y F. Pienaar (capitán del equipo sudafricano de rugby), en el acto de entrega de la Copa del Mundo de rugby, mientras que en las ediciones posteriores a la película Invictus, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon y dirigida por Clint Eastwood, que adapta al cine la novela de Carlin, la portada cambia por una imagen de los actores antes nombrados.


La novela comienza unas horas antes de la histórica final de la Copa del Mundo de rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica, que enfrentó a los sudafricanos Springboks, contra los temidos All Blacks neozelandeses. Carlin dibuja en la novela los sentimientos que algunos de los protagonistas de la misma tenían justo antes del inicio de tan crucial partido. Aunque todo el protagonismo se vuelca en la figura del presidente Mandela, que será el hilo conductor de todo el libro.

En un flashback, la trama se sitúa en el año 1985 para hablarnos de las relaciones entre Mandela, encarcelado desde 1962, y el ministro de interior del gobierno afrikaner de Sudáfrica, el gobierno del apartheid que elaboró leyes que ponían por escrito la existencia de diferentes razas de hombres desiguales entre ellos y en las que la raza blanca era superior a las demás.
Carlin traza un relato sobre la lucha de Mandela en la cárcel, una lucha silenciosa y constante a través de entrevistas con los miembros más destacados del aparato del apartheid, forjando la figura del líder carismático que siempre ha tenido. A través de entrevistas en las que negociaba las condiciones de su salida de la cárcel, fue esbozando la idea de una nueva Sudáfrica en la que no hubiera razas ni desigualdades, ni discriminaciones... pero tampoco revanchismo. Consiguió hacer creer a los más destacados y recalcitrantes miembros del apartheid, que un gobierno negro presidido por él buscaría la reconciliación, algo que parecía una quimera.

Cuando en 1990 Mandela es liberado, ya era todo un líder internacional, referencia en la lucha por los Derechos Humanos de todos los seres humanos, en especial de los negros (Mandela recibió el premio nobel de la Paz junto con de Klerk en 1993). Sin embargo no todos los blancos creían su discurso de reconciliación, por lo que en más de una ocasión la guerra civil planeó por las cabezas de los sudafricanos.
El rugby, tradicionalmente reservado a los blancos, era un símbolo del opresor blanco. Los Springboks, equipo nacional sudafricano, solo representaba hasta 1995 a la minoría blanca. Mandela consiguió que la nación arco iris que nació tras su entrada en el poder en 1994 sintiera como suyo un equipo de jugadores recios y fuertes, pero más blancos y rubios que un anuncio de champú Johnson (salvo uno de ellos, que era mulato).

Y eso es lo que nos cuenta El Factor Humano, la historia de como un equipo de rugby consigue unir a toda una nación dividida durante décadas por luchas encarnizadas, años de desconocimiento y temor mutuo que se terminaron cuando el bueno de Mandela apareció vistiendo la elástica de los Springboks como otro hincha más.

Mandela es el protagonista absoluto de esta historia real, pero en la novela aparecen multitud de personajes reales, como su carcelero, compañeros de partido político (el Congreso Nacional Africano), los presidentes del apartheid, miembros de la ultraderecha, deportistas... y una larga lista que van dando forma a través de sus testimonios a la historia de un mundial de rugby que cambió la historia de los sudafricanos.

No siempre la mezcla de deporte y política tiene buen fin. No siempre combinan bien y muchos políticos aprovechan los acontecimientos deportivos para ensalzar la diferencia y manipular torticeramente a unos deportistas que dejan de luchar por un resultado deportivo, para combatir por unos ideales políticos de dudoso fin. Pero no en este libro. En todo momento el deporte se presenta como la única posibilidad de realizar la reconciliación de bandos irreconciliables. Ese "factor humano" es el que John Carlin ensalza en este relato.

Leedlo, está muy bien escrito. Trata temas políticos e históricos con un lenguaje asequible, directo y sin dobleces. Es de estos libros con los que aprendes sin proponértelo y que además te crea la curiosidad de indagar sobre aquellas cuestiones que solo se esbozan pero que tienen un hondo calado. Espero que os guste.   

Publicado por Carlos Masó   

2 comentarios:

  1. Una narración que se sigue con interés, pero hace 2 o 3 años que la compré .Creia que recomendabais libros publicados más recientemente.

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  2. Carlos Javier Ruiz Masó31 de enero de 2014, 23:51

    Gracias por tu comentario Feli. Pero no puedo estar más desacuerdo contigo. El Buscalibros recomienda libros no sólo por su fecha de publicación. Sé que es difícil comprender esto en una sociedad consumista, donde lo viejo era lo nuevo de ayer. Pero dónde quedan los temas que tratan los libros? Esos también caducan? Las desigualdades sociales basadas en el color de la piel siguen existiendo por desgracia. Las posibilidades de reconciliación entre los pueblos enfrentados a veces ni existen. La intervención política para resolver conflictos es incompetente... Y así podría seguir sin faltarle ejemplos. Así que, para una ocasión en la que todo funcionó de manera que permitió evitar guerras y muertes injustas, no se merece un recuerdo atemporal? Pues yo creo que sí. Por eso he reseñado este libro.
    Si lo tuyo es la fecha de impresión, creo que te pierdes muchas cosas de este mundillo del libro.
    Gracias por visi el blog.

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