No estamos locos, de El Gran Wyoming


Miguel Ángel Monzón, médico venido a showman, ha revolucionado el mercado literario español últimamente acostumbrado a autores poco convencionales; políticos sin sillón o famosas del universo Sálvame. Con más de 100.000 ejemplares, se ha convertido en un bestseller, ciertamente su creciente audiencia en El Intermedio (se escuchan ruidos de sables sobre la continuidad del programa) le ha hecho popular entre muchas personas que quizás esperaban un libro ameno y divertido.

Y realmente "No estamos locos" tiene sus momentos de reír, pero por no llorar. A lo largo de 300 páginas el autor recorre un camino que no nos es ajeno, se trata de nuestra historia, la de los españoles, una reflexión que pretende resolver dudas existenciales como ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿adónde voy? y sobre todo ¿por qué se lo llevan con tanto descaro?

No trata Wyoming ser objetivo, escribe en primera persona y según sus palabras desde el desprecio. De la mano de sus recuerdos pasearemos por una España de hidalgos, un país del sur donde el privilegio es no pagar impuestos, elegido por el único Dios verdadero, un lugar en el que a fuerza de aborrecer al señorito se acaba convirtiendo al tirano en modelo.

De la prehistoria a los años 30, de la república a la dictadura, de la transición a la actualidad, el autor no abandona el hilo conductor de su tesis, ¿qué hemos hecho para merecer esto? Reflexiones sobre el robo de los símbolos, la perversión del lenguaje, el pesimista sentido de la inevitabilidad de nuestra desgracias, el trasfondo de la privatización del sistema público, el seguidismo de los medios de comunicación, la teoría de la culpa de un pueblo despilfarrador o el fraude fiscal se trufan con detalles, recordatorios de situaciones pasadas, de escándalos presentes, de pequeñas anécdotas del pasado cercano que se hacen reales de nuevo ante el lector, que con un poco de suerte había conseguido olvidar algunos de estos escándalos que nunca se materializan en condenas.

Si la primera obligación de un Estado no es procurar el bienestar de los ciudadanos, hay que abolirlo llega a afirmar mientras recorre despacio los públicos hitos de la crisis que todo lo impregna, desmontando argumentarios, pelea contra el peso que nos mantiene hundidos y quietos recordándonos que la política no es el problema y que la hora de los hombres honrados ya ha llegado, porque son la mayoría.

No es Stephane Hessel ni Jose Luis Sampedro pero persigue el mismo objetivo; uníos

Publicado por Pilar Vaquero   

3 comentarios:

  1. Tengo ganas de leerlo, aunque estoy esperando el momento propicio. Por mucha fina ironía y demás, seguro que acabo cabreada como una mona.... Así que, habrá que seguir esperando un tiempo, todavía. :P

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  2. Yo lo estoy leyendo ahora y como bien dices hace que te rías por no llorar. Me gusta sí! Hasta las anotaciones a pie de página te sacan la sonrisa

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  3. Soy un admirador de este genio y de su labia inteligente y corrosiva. Lo que persigue el libro a demás está en la mente de muchos de nosotros. Y lo hace como solo él sabe, con ironía y dando donde duele.

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