Este imprescindible de Carmen Amoraga, finalista Premio Planeta 2010, es una novela no apta para corazones débiles, ni almas de lágrimas fácil, que encuentra el punto de partida en una tragedia, la de María José, a la que un accidente de tráfico ha dejado postrada en la cama de un hospital. A partir del desgraciado acontecimiento ya nada volverá a ser igual para quienes han formado parte de la vida de la joven.
"La mujer que va a morir y no lo sabe, o quizás, sí, tiene los ojos cerrados, el cuerpo rígido, las manos abiertas, los dedos extendidos." El libro comienza desvelando su final para dejar paso a lo verdaderamente relevante, la historia de un puñado de personajes que han desaprovechado muchas oportunidades para ser felices.
Mientras espera la muerte, todas las tardes recibe la visita de su madre, Pilar, convertida tras el abandono de su amor de juventud en una señora rancia, infeliz por deporte, amargada y amargante, soberbia y destructora de cualquier soplo de felicidad que perciba a su alrededor. Ese áspero carácter ha propiciado que la relación con su hija nunca haya sido todo lo intensa que se espera de un vinculo materno filial. Ahora que ya es tarde, porque María José vive sus últimos días en este mundo, Pilar se pregunta quién era realmente su hija, tan desconocida para ella y tan cercana con su padre Paco, otro damnificado de la personalidad de su mujer, al que conocemos en estas líneas: "Hay gente que es feliz de forma inconsciente. Paco, no. Paco ha sido un hombre triste desde que nació, sólo que no se había dado cuenta antes porque le parecía que eso era lo normal."
También se acercan al hospital su amiga Marga, la hermana que nunca tuvo y la mejor confidente que le pudo regalar la vida; Cleopatra, una cubana pluriempleada con una mochila cargada de sacrificio y bondad, y Joaquín, el miserable del que se enamoró siendo una niña en el ascensor de su casa.
El narrador presenta de forma no lineal la reconstrucción de la historia vital de María José y de quienes la han acompañado durante su viaje por este mundo. Así pues, nos encontramos con el dibujo de acertados perfiles psicológicos tan necesarios para comprender las decisiones y sentimientos de los protagonistas de esta desgarradora historia.
El tiempo mientras tanto es un libro que aborda la evolución del amor incondicional, inagotable, casi platónico, que ha campado a sus anchas por las entrañas de María José durante la mayor parte de su existencia. Su madre no ha tenido mejor suerte que ella, ya que hace muchos años decidió no superar el abandono de un sinvergüenza, pese a haberlo intentado encerrándose en un agrio y débil matrimonio con Paco.
Esta dolorosa novela, que recomiendo leer si se está en un momento fuerte, subraya el peligro que entraña el hecho de permanecer enamorado del amor, anclado en una historia pasajera anhelando un final de película. El mensaje hace reflexionar al lector sobre la inutilidad de regodearse en el desconsuelo, de buscar vanas respuestas o de recrearse más de lo necesario en la pasión vivida porque, el tiempo pasa mientras tanto.
Aroa, qué ganas de estar en un momento de sosiego para leerlo. Estoy de acuerdo que regodearse en el desconsuelo, la pena e intentar trasmitir tu constante estado de pena al prójimo, es simplemente tóxico.
ResponderEliminarGracias Inma por comentar! Tu siempre tan fiel a mis reseñas. Un fuerte abrazo. Bss
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