Antes había leído Soldados de Salamina y Anatomía de instante, todas diferentes pero con la misma característica: una narrativa impecable. Y es eso lo que más me gusta de Cercas, huye de las descripciones ampulosas, cargadas de momentos oníricos y hedonistas. Al leer Las leyes de la frontera me encontré con una novela que podía ser real si no fuera porque la vida de los personajes de la novela está jalonada de sucesos que son reales, documentados y escritos, junto con otros sacados del imaginario del autor.
Una historia de amor a tres bandas entre Cañas, Tere y Zarco, los tres personajes centrales de esta novela ambientada en Gerona a finales de los 70. Gerona es descrita como una ciudad provinciana, con un casco histórico decadente, ocupado por puticlubs y bares de quinquis, y rodeada por un cinturón de barriadas marginales donde abundaban la delincuencia y el trapicheo. En ese ambiente aparece Ignacio Cañas, un adolescente de 16 años, acosado por un matón en el instituto, incomprendido en su casa, y que por casualidad acaba dentro de "la basca" del Zarco (personaje que recuerda en algunos trazos al "Vaquilla"). Todo esto sucede durante un verano, en el que Cañas sale de su tierna adolescencia para convertirse en un adulto, casi proscrito por la justicia.
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La primera parte de la novela es una sucesión de imágenes a cámara rápida, una narración de las primeras fechorías de una banda de quinquis formada por adolescentes que formaban parte del paisaje de barriadas que rodeaban el extrarradio. "El Gafitas", apodo de Cañas, hijo de un funcionario de clase media, encuentra en esta banda un lugar en el que cree reconocerse y sentirse él mismo, aunque el resto de personajes (y el propio lector) es consciente de que su incursión en el mundo de la delincuencia es meramente circunstancial.
Este último aspecto queda reflejado en la segunda parte del libro. Una segunda parte más narrativa, más reflexiva, y sobre todo crítica, muy crítica. De sus páginas subyace la intención del autor (a mi entender) de criticar el valor de los medios de comunicación masivos como responsables de la transgresión de la realidad. De crear falsos mitos, falsas escenas en las que el maniqueísmo del "bueno" y el "malo" queda plasmado con burdas mentiras. Los tres personajes se ven captados por esa vorágine mediática, a veces protagonistas, otras culpables de ella, y al final víctimas de sus propios actos.
Es precisamente con esa premisa, la de ser víctima de tus propios actos, la que me gustaría resaltar para finalizar esta noticia. El libro está formado por partes de una entrevista que un escritor imaginario toma para realizar su libro. Él mismo es consciente de que al final la historia que quería reflejar era otra, pero los retales de vida que va recogiendo de unos y otros le obligan a construir una historia diferente de su idea. Creo que eso es lo esencial: al final nuestra vida se va componiendo de nuestras acciones, presos de ellas vamos boqueando por salir al flote, que solo conseguimos cuando reconocemos el entramado de nuestra propia vida.
Interesante reseña. No he leído el libro. Me lo apunto para sumarlo a la lista de pendientes.
ResponderEliminarUn saludo y ¡Bienvenido!
Gracias compañero. Espero que te guste el libro, que es el objetivo de la reseña. Bienhallado
ResponderEliminarMuy buena reseña, Carlos. Me gusta lo que cuentas, así que no tardaré en leerlo.
ResponderEliminarGracias Fran. Me alegra ver tu comentario.
ResponderEliminarSi hablamos de Historia, son unas cuantas cosas las que faltan en "Las leyes de la frontera". Cosas ausentes que, a su vez, marcan cuáles son las fronteras de las que no pasa lo que nos cuenta esa novela.
ResponderEliminarSobre eso podéis leer en la reseña de 20 de febrero de 2013 de http//:lanovelaantihistorica.wordpress.com